Aquella tarde caminé hasta bien entrada la noche. Al principio no
sabía muy bien que rumbo tomar; en realidad, la dirección era lo de menos, lo
importante era seguir regularmente los pasos, abandonarme a su ritmo, que
fueran ellos los que abrieran sendero…
Y lo abrieron ¡Ya lo creo! Todo giraba frenéticamente a mí alrededor.
Una especie de torbellino, en forma de embudo, me precipitaba con fuerza hacia
su interior. Caía, caía irremediablemente…
Vórtices 1,2,3
Técnica mixta sobre papel
38x27 cm.
2015
Vórtice 4
Acrílico sobre lienzo
70x45 cm.
2015
Vórtices 5,6,7
Acrílico sobre lienzo
20x20 cm.
2015
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