martes, 8 de noviembre de 2011

Pinceau dans la cage

Técnica mixta sobre lienzo
60x73cm.
2009
Fotografía: Lara Ortega

La historia de Pinceau

     Esta es una historia para amantes de los animales, una historia mágica de esas que no acabamos de creernos del todo, por lo extraordinaria.

     A Pinceau lo encontré una sofocante mañana de julio de 2009, cuando aún no me sentía despierta del todo. Algún desaprensivo lo había abandonado al lado de mi casa. Se protegía del asfixiante calor estival a la sombra de un banco, entre las acacias. Parecía desamparado y alicaído, como mendigando ternura a los que por allí pasaban; sus largas orejas caídas, le daban un aspecto aún más triste.  Desde el primer momento, provocó en mí un sentimiento difícil de explicar, que me impidió, desde entonces, mantenerme al margen de su suerte.  Como no podía ser de otra manera, decidí llevarlo conmigo e intentar darle el hogar que otros le habían negado. Lo llamé Lucas.

     Pero las cosas no siempre ocurren como las deseamos, por circunstancias que no vienen al caso,  me vi obligada a dejar a Lucas. Había oído hablar  de una Protectora, Scooby Medina, que llevaba a cabo una labor admirable en la recuperación de galgos y que además mantenía contacto con asociaciones europeas en defensa de los animales,  algunas de las cuales acogían a perros españoles, preferentemente galgos, para buscarles hogares adoptantes. Así pues, llevé allí a Lucas para que tuviese una nueva oportunidad, no sin   experimentar un profundo vacío.

     Trascurrido un tiempo, el desasosiego que sentía por esta perdida, no me abandonaba, se me representaba constantemente su imagen, encerrado en aquella sórdida jaula, suplicándome con la mirada sacarlo allí. Decidí volver al refugio con la intención de recuperarlo, de llevarlo definitivamente conmigo a pesar de los impedimentos. Mi sorpresa fue comparable a mi pesar, cuando supe que alguien de una asociación francesa lo había transportado  a Francia, justo el día anterior.

     Seguía sin olvidar a Lucas y  resolví intentar averiguar lo que había sido de él. Simplemente quería saber si estaba bien, si era querido.  Elegí al azar una de las asociaciones francesas colaboradoras con Scooby -Lévriers sans Frontières- y escribí a su directora -Martine Regnart, ahora fallecida- sin muchas esperanzas de recibir respuesta, o al menos de que esta pudiese decirme nada concreto. Pero -aquí es donde interviene la magia- al cabo de unas horas, alguien llamado Aline me respondió y me habló de Pinceau (Lucas) dormido en esos momentos a sus pies.

     Aline es pintora como yo –más casualidades- de ahí el nombre de Pinceau –pincel en español-, es también una  amante de los animales y defensora incondicional de su causa. Durante todo este tiempo, he mantenido contacto con ella por correo electrónico, intercambiando ideas y experiencias, fraguando una amistad hasta el punto que, cuando en el verano de 2010 estuve una semana en su casa en Borgoña, para ver de nuevo a Pinceau, me pareció que nos conocíamos de siempre.

     Pinceau ha estado un año con Aline en casa de acogida. Hoy en día ha sido adoptado definitivamente por una familia francesa con la que vive felizmente, como un miembro más.

    “Pinceau dans la cage” surgió de la necesidad  de liberar la congoja y la angustia que  me invadieron tras esta ausencia.
   

jueves, 2 de junio de 2011

Animales

Aguafuerte al azúcar
Tamaño de la mancha: 24'5x24'5cm
2007
Fotografía: Chuchi Guerra

Sin Título

Aguafuerte y barniz blando
Tamaño de la mancha: 24'5x24'5cm.
2007
Fotografía: Chuchi Guerra

lunes, 16 de mayo de 2011

Veneno nº 28

Revista de poesía
Pigmento, tinta y grafito sobre papel
1986
Poemas: Miguel Suárez, diseño: Teresa Cortés